La fiesta se acabó

La fiesta se acabó. Estamos inmersos en una crisis económica que según expertos, analistas y medios de comunicación tiene una magnitud sin precedentes. Aumenta el paro, disminuye el crecimiento del PIB y las magnitudes económicas en general no hacen sino arrojar datos negativos un día y perores el siguiente.
En cambio, si analizamos la realidad con detenimiento, la crisis económica es un fenómeno que sólo supone la superficie de lo que se nos viene encima. Hoy, se puede afirmar que la civilización occidental, tal y como la conocemos, cambiará pronto. Esta situación tiene que ver con el petróleo y los combustibles fósiles en general y es lo que los entendidos en el asunto denominan peakoil, zenit en castellano.
Son varios los grupos de expertos que ya nos han avisado a lo largo del siglo XX (King Hubbert por ejemplo) y principios del XXI de que este fenómeno estaba a punto de llegar. En la actualidad, la más destacada a nivel internacional es ASPO, cuya página web, www. peakoil.net es un referente en estos temas. En España la “filial” se llama AEREN y su sitio web: www.crisisenergetica.org
El problema es que lo que antes la mayoría de los mortales escuchaban (o no) como algo lejanísimo ahora comienzan a ser palabras que dicen fuentes oficiales. De hecho, la AIE (Agencia Internacional de la Energía) ha afirmado que si los países con un desarrollo económico en ciernes (India, China, etc) siguen consumiendo recursos energéticos fósiles al mismo ritmo que aumenta su demanda, en 2010 (ya mismo) podríamos tener problemas de suministro a nivel mundial pues la oferta no llegaría a cubrir la demanda.
Sí es verdad que con la recesión económica de las primeras economías mundiales la demanda de crudo disminuirá durante un tiempo y eso hará que éste no se consuma tan rápido. Esto más que un alivio es un parche que puede suavizar las consecuencias del peakoil a corto – medio plazo, pero los hechos son tozudos ( dicen los expertos que la era del petróleo barato se acabó en 1998, hace 10 años) y la realidad es que más temprano que tarde la producción mundial de crudo no podrá satisfacer la demanda y esto hará que la civilización occidental cambie, será distinta. No se sabe si será una evolución a mejor o a peor, pero sí será un profundo cambio y es que estamos ante unos momentos históricos sin precedentes.
Estos hechos hacen que dada la gravedad de la situación sea necesaria la divulgación de este hecho a cuantas más personas mejor pues se deben tomar medidas de cara al futuro para que el aterrizaje sea eso un aterrizaje y no un accidente con explosión. El principal impacto del final del petróleo barato es que aumentará la inflación y provocará una situación que económicamente se denomina estanflación (alta inflación y bajo o nulo crecimiento económico). Estos hechos constituirán el principio del fin de la economía de consumo para que aflore la economía de subsistencia.
Por todo ello, es importante que esta reflexión nos conduzca a tomar las medidas que podamos en todos los órdenes: local, provincial, regional, nacional e internacional. Una de las medidas más importantes es dar a conocer la situación pues no se habla de ella abiertamente en los medios de comunicación.Decía Hubbert:”Nuestra ignorancia no es tan grande como nuestra incapacidad para utilizar lo que sabemos”. A partir de aquí se debería abrir foros de encuentro y discusión de posibles medidas que llevar a cabo para mitigar los efectos del peakoil, aún estamos a tiempo.